Desde hace décadas todos los estudios e investigaciones concluyen que no hay
actividad más relevante en la vida de los niños que el juego. “El juego es una realidad
cambiante y sobre todo impulsadora del desarrollo mental del niño. Concentrar la
atención, memorizar y recordar se hace en el juego, de manera divertida y sin ninguna
dificultad” sostiene el psicólogo Lev Vigotsky.

El juego es una actividad mental y física que favorece el desarrollo integral de los niños y
les permite aprender sin ser conscientes de eso. Tal como lo plantea otro destacado
psicológo, Jean Pieget, “los niños no juegan para aprender sino que aprenden porque
juegan”.

Mas allá de la mirada de los expertos, en Seigard la relevancia del aprendizaje lúdico la
experimentamos en cada uno de nuestros espacios y actividades. No hay mejor forma
de captar la atención de los niños que a través del juego. Los aprendizajes más
significativos y profundos se logran jugando.

El juego es una herramienta tan potente que favorece el desarrollo cognitivo, permite
desarrollar las capacidades básicas de atención, la memoria, imaginación, creatividad y
razonamiento lógico. Permite fomentar el desarrollo de las habilidades sociales y
resolución de conflictos. Favorece el respeto y la conciencia de que para conseguir una
meta es necesario el trabajo en equipo y la cooperación.

Proporciona felicidad, alegría, emoción y es capaz de despertar la curiosidad y el
asombro en niños de todas las edades.

Por eso, los invitamos a incorporar el juego en todas las actividades, a sumar al marco
teórico una experiencia lúdica, a innovar y a conectar para que ese simple o pequeño
juego se transforme en aprendizajes que quedan para siempre.